Masturbándome

 Era de noche y comenzaba a leer sus mensajes, me encontraba en casa acompañada, lo cual complicaba mis deseos y ganas.

Me encontraba frente al escritorio, leyendo sus palabras, y sentía cómo se erizaba mi piel, como mis pezones se endurecían y mis pechos anhelaban sus manos. Sentía como comenzaba a controlarme, cómo estaba nuevamente en mi mente, dominándome y haciéndome suya … mi cuerpo hablaba por si solo, mi cuerpo se soltaba y dejaba fluir.

Me encontraba deseosa a la espera de alguna palabra suya, y al llegar una pequeña frase, mi cuerpo se estremecía y se entregaba lentamente a sus deseos.. sin darme cuenta, ya le pertenecía nuevamente.  

Ya me convertía en su sumisa,  ya me tenía para Usted, y  sentía cómo me entregaba y dejaba fluir esas emociones. Mi cuerpo seguía más extasiado, de leer sus palabras y de aceptarme cómo suya, mi cuerpo ya le pertenece y me siento honrada de entregarme y complacer sus deseos más perversos e intensos. 

Seguía en el escritorio, con mis pechos duros, con mis manos inquietas, con mi respiración acelerada y agitada, sentía cómo se empapaba mi calzón, como mis piernas de abrían a ese disfrute, pero ahí seguía, atenta a Usted, a sus frases y escritos…todo hasta que me dice algo que me remueve entera, que como sumisa era la primera prueba para demostrarle mi obediencia.. 

Leo esa primera orden .. masturbate para mi… tócate para mi..era la prueba de mi sumisión, de esta real entrega, de volver a estar a sus pies, de ser suya , de ser su sumisa y Usted ser mi Dueño y Señor.

Todo este tiempo… Usted siempre seguía ahí, mirándome, observándome, atento .. porque siempre supo que volvería a estar a sus pies y sería suya en alma y cuerpo.

Sentí esa primera orden, me pedía ir a tocarme.. me levante de mi escritorio y me dirigí a donde usted me ordenó, fui al baño , cerré la puerta lentamente, y me miré en el espejo, y vi a esa sumisa.. esa sumisa que tenía ya su Dueño, esa sumisa dispuesta a entregarse plenamente a los deseos de su Amo, a esa sumisa excitada por obedecer y complacer, a esa sumisa que iba a empezar su entrega así, con esa orden : masturbarme.